La mayoría de los días del año no tienen nada de especial, comienzan y acaban sin dejarnos recuerdos perdurables en la memoria, no tienen ningún impacto sobre el transcurso de una vida.
El hoy no es igual que el ayer y tampoco será igual al mañana, los 365 días que dura un año no serán iguales por mucho que uno quiera, siempre siempre habrá algo que haga que esos días sean especiales y/o diferentes para nosotros, aunque sea la cosa más insignificante, pero hacen que esos días no se nos vayan a olvidar nunca.
En estos días las cosas pasan por pasar, no tenemos ya predestinado desde que nacemos como van a ser nuestros días, y mucho menos nuestra vida, las cosas pasan por que tienen y los días transcurren porque tienen que transcurrir, no hay “alguien” que diga, hoy te pasa esto, hoy te pasa lo otro, todo sigue un orden que es hecho día a día, al empezar un año no sabemos que vamos a hacer a mediados de ese año, porque puede haber cosas que trastoquen nuestros planes, por eso debemos de vivir el día a día, vivir el presente, no mirar al pasado, ni pensar en que nos pasara en un futuro.
Vemos los días pasar, uno tras otro, y siempre recordamos alguno, hacen que desconectemos del presente y viajemos por un momento al pasado para “revivir” aquellos maravillosos años en los que éramos unos críos y solo queríamos jugar y jugar hasta que el cuerpo aguantara. Son estos días y estos hechos pasados, los que hacen que empecemos el día a día, de una manera especial y diferente a como lo hacemos siempre.
De vez en cuando no es malo, recordar las buenas cosas que han pasado a lo largo de nuestra vida (amigos, vueltas, personas que conocemos, chuletadas, cumpleaños y un largo etc.).
No tendremos dos días iguales, pero en eso es en lo que se basa la vida, no sabemos lo que nos pasara en un futuro y hace que la vivamos de una manera muy diferente a la que queremos
DaNiEl AlEjAnDrO
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